Nuestro guía turístico fue Peter 10, un caballero muy profesional y atento. Nos lo explicó todo, desde la historia hasta la época moderna, desde el palacio hasta los civiles. Era muy erudito y divertido, y no nos cansábamos de escucharlo. El conductor condujo con mucha suavidad y se sentó a gusto. Nos sorprendió ir a Galway por la tarde. Era una ciudad preciosa. La catedral era única y merecía la pena visitarla. La antigua residencia de Nora no estaba abierta y solo se podía ver el exterior. El helado Murphy's también estaba delicioso. Queríamos visitar el campus universitario. De camino, preguntamos por indicaciones y conocimos a una familia local. Nos explicaron cómo llegar con amabilidad y atención. Aunque fue una parada corta de una o dos horas, nos dejó buenos recuerdos.