Funcionó como un reloj, desde la recogida en Shinjuku, el grupo pequeño y el autobús con aire acondicionado hasta la gestión precisa de los tiempos de los lugares que visitábamos, cuánto tiempo estaríamos allí, pistas sobre el orden de prioridad de la atracción y dónde volver a reunirnos. Todo esto fue muy bien gestionado por nuestro guía, Tony. También se encargó de conseguir las entradas necesarias para los eventos. Al final del día, nuestro conductor y Tony nos dejaron de vuelta en nuestro punto de recogida con recuerdos imborrables. 10/10. Genial.