¡Es un viaje en minibús con paisajes preciosos! El conductor es muy amable. Lo que más me gustó del recorrido fue el primer zoológico, ¡donde pudimos tocar a los canguros, fue muy divertido! Las siguientes dos paradas son para descansar, se puede comer algo y los paisajes también son muy bonitos. Por último, el desfile de pingüinos está muy lejos y no se ve bien. Además, está prohibido usar el móvil para hacer fotos o vídeos cuando oscurece, así que apenas se ve nada. Sin embargo, en el camino de vuelta desde la zona de observación, ¡pudimos escuchar los sonidos de los pingüinos de cerca y verlos, fue adorable!