La ubicación es inmejorable, justo enfrente de Kitty. La señorita es súper paciente y te ayuda a combinar el kimono y los accesorios. Tienen muchos kimonos, todos muy limpios, nuevos y con diseños bonitos y de alta calidad. Son extremadamente cuidadosos y atienden a cada detalle. Llegar a Tokio y que te reciban así te alegra el día. Ponerse el kimono es un poco engorroso, pero la señorita que te ayuda a vestirlo es muy paciente y cuida cada detalle con esmero. La peluquera japonesa, Kyoko, es increíble, ¡te hace un peinado y te ves muchísimo más guapa! Es mágico lo bien que lo hace. De verdad. No paré de alabar lo detallado y bonito que es el peinado. Una experiencia muy feliz que me alegró el día.