Una actividad nocturna muy entretenida. Los camareros y artistas son muy profesionales y amables. Los artistas actúan con entusiasmo y dedicación, el nivel musical es muy alto, los cócteles están muy ricos y, lo más importante, no hay olor a humo en el local. Aunque no haya muchos clientes, el ambiente sigue siendo muy bueno. La variedad de aperitivos del buffet libre es un poco limitada, ¡pero aun así es muy agradable! Si tengo la oportunidad, sin duda volveré.